Día 7- Islandia – Al mal tiempo, buena cara

Esta entrada pertenece a una serie sobre mi visita a Islandia, si aún no lo has leído te recomiendo que pases por Antes de ir a Islandia o Día 6 Islandia

Comenzamos el día más «duro» de nuestra ruta sabiendo que ya hemos adelantado kilómetros.
Desayuno incluido

– Kolugljúfur Canyon. Llegamos sobre las 9 de la mañana (a 20 minutos de nuestro alojamiento) y no fue hasta después de un buen rato haciendo fotos que llegaron otros turistas. Para dejar el coche se puede cruzar el puente del cañón (gratuito). Hay varios pequeños senderos para acercarte más a la «garganta» del cañón o a la cascada. Hay que tener cuidado con la tierra mojada porque puede resbalar. Tiempo de la visita: unos 10-15 minutos.





Bogarnes. Localidad más grande que las que vimos el día anterior. Dimos una vuelta con el coche y paramos para ver el parque Bjössaroló que fue creado por un carpintero natural de Bogarnes que por su amor a los niños trabajó ampliando el parque hasta sus setenta años. A nosotras nos cayó un diluvio, así que no pudimos disfrutar especialmente del paisaje. Aprovechamos para ir a un Netto (supermercado) para nuestra cena islandesa en el alojamiento.
Bjössaroló




Ytri Tunga. Es un lugar donde ver focas, y para nosotras el mejor lugar para verlas de todo nuestro viaje. Se ven bastante cerca y muchas! Las puedes ver nadando, descansando… Desde Bogarnes a este lugar se hace hora y media de carretera aproximadamente. Está muy señalizado y hay zona de aparcamiento (gratuito). La playa tiene arena y piedras así como unas algas enormes. También hay muchas aves.



Arnastapi, pequeña localidad, con muchas visitas turísticas y puestos de perritos calientes. En este lugar está el monumento conocido como Bárðar Saga Snæfellsáss Statue. Cuenta la leyenda que Bárðar era descendiente de mezcla de gigante y humano y que nunca llegó a morir sino que se convirtió en un espíritu de la naturaleza. Tras pasar por debajo o bordeando el monumento se llegan a una serie de senderos que te llevan a ver los acantilados donde mi «amiga» la roca de basalto está presente.



Hellnar, siguiente localidad de la ruta que nos ofreció la comida del día. Decidimos que hoy sería otro buen día para probar comida típica. Comimos en Hellnar Primus Kaffi. La decoración es bastante curiosa: a caballo entre un comedor de un restaurante, una cabaña de montaña, o el salón de una casa de abuela. Tienen muchas figuras. Pedimos para dos: sopa de pescado y Plokk fish stew (se trata de un plato hecho con patata, cebolla y bacalao, todo desmenuzado y mezclado como si se tratara de una masa de croquetas). Estaba todo exquisito. Precio al cambio unos 40€ sin postre ni bebida, ya que el agua es gratis y se la sirve uno mismo de unas jarras que hay en el comedor. La verdad es que a pesar de que el precio es excesivo para lo que en España se podría conseguir, la comida y el servicio fueron excelentes.
Comida en Hellnar Primus Kaffi

– Lóndrangar, se trata de un mirador para ver los acantilados y las formaciones de roca curiosas de la costa. Hay varios senderos para seguir paralelos a la costa andando. Como el tiempo no acompañaba, chispeaba, y hacía frío, decidimos no pasear.


Playa Djúpalónssandur, formaciones chulas y restos de naufragios. Zona de parking gratuita. Senderos señalizados con distintas rutas. Nosotros escogimos el que lleva a la playa, bajamos por la derecha y subimos por otro más hacia la izquierda. Está llena de restos de hierro oxidado ya de color naranja, pertenecientes al naufragio Tawler Epine en el sobrevivieron 5 de 19 personas. Hay que tener cuidado con el oleaje. Duración de la visita: 30 minutos.




Toda esta zona pertenece al Parque Natural Snæfellsjökull, paisajes que sirvieron de inspiración para el libro «Viaje al Centro de la Tierra» de Julio Verne, a pesar de que al parecer ni siquiera llegó a pisar Islandia (y eso que le gustaba viajar). 
Inspiración de Julio Verne

Bejarnarfoss, una cascada. Volviendo un poco hacia atrás desde nuestra anterior visita, regresamos sobre nuestros pasos para acercarnos a esta cascada. Habíamos pasado por la mañana y la habíamos visto desde la carretera. Hay una zona habilitada para aparcar y de ahí inicia un camino montaña arriba para aproximarse a la cascada. Duración de la visita 15 minutos. La niebla no nos dejó ver el borde de la montaña.

*** Nota: Eran ya las 6 de la tarde y la ruta planeada para el día de hoy ya la habíamos finalizado, así que decidimos regresar al hotel por la carretera norte para ver un paisaje distinto y poder ver los puntos que detallo a continuación.

– Kirkjufell Mountain. Es el mejor ejemplo de erosión de Islandia, pues se cree que se formó la parte más baja en la Edad de Hielo (contiene incluso fósiles) y la parte superior fue formada por más de un millón de años, siendo el resultado posterior de la erosión de la lava a lo largo de los años. En la actualidad se puede escalar, y se dice que es más difícil bajar que subir. Personalmente me causó un gran efecto hipnótico, semejante al que me habían producido los iceberg en la laguna glaciar. La montaña está totalmente rodeada de agua de mar que forma un lago. En el momento de nuestra visita la marea estaba baja y muy tranquila.



– Kirkjufellsfoss, pequeña cascada visitable por ambos lados de sus dos caídas gracias a un puente. Duración de la visita: 45 minutos (incluida la montaña descrita en el punto anterior).


– Grundarfjörður, paramos en esta localidad para entrar a la estación de servicio para usar el baño gratuito y comprar mi primer recuerdo de Islandia. Hay un monumento barco de madera en la oficina de turismo muy bueno para hacer fotos.
Grundarfjörður


Alojamiento en: Lava Water Accommodation. Uno de los dos alojamientos más caros de nuestra estancia en Islandia. Los propietarios nos enviaron antes de nuestra llegada varios correos con las instrucciones para poder acceder a nuestra habitación en caso de retrasarnos en el horario máximo de check in. Fue uno de los lugares más bonitos en los que nos quedamos. Nuestra habitación estaba en la planta baja de una casa preciosa al borde un pequeño río al que teníamos vistas. Baño privado completo. Cocina totalmente equipada (incluida lavadora) y salón con televisión compartido con otra habitación que estaba en la misma planta pero que por suerte no fue ocupada. Camas comodísimas. En los alrededores tienen un invernadero que hace las veces de recepción, precioso campo verde con ovejas salvajes y parque infantil. Por supuesto no faltaban las casitas pequeñas para los duendes. El lugar es súper encantador. Eso sí, está apartado de cualquier carretera principal. Nuestro acceso tenía mi nombre y nuestro número de habitación. Al acceder a la zona común, la habitación tenía la llave puesta. Llegamos al alojamiento a las 8.20 pm.
Cocinamos el bacalao que compramos en el supermercado con puré de patatas. De postre uvas y Skyr. Una guinda magnífica para coronar este increíble viaje  que ya se nos estaba escapando de los dedos. 
Puré de patatas y bacalao islandés


*** Nota: En las visitas en las que no he indicado el tiempo utilizado es porque se trata de visitas de parada, foto y poco esfuerzo, por lo que el tiempo es más el que cada quien le quiera dedicar.  

Los puntos visitados están señalados en Islandia, Conclusiones

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