Hiroshima, Japón

Hiroshima, es conocida por el triste suceso de la bomba atómica. Aunque tiene otras cosas que ofrecer, hay que reconocer que la principal atracción es la Cúpula (Genbaku Dome-mae), perteneciente al único edificio en pie tras la caída de la bomba.

Esta entrada pertenece a una serie sobre mi visita a Japón, si aún no lo has leído te recomiendo que pases por Antes de ir a Japón


Nosotros llegamos a Hiroshima en tren desde Miyajima (pertenece a Hiroshima). Revisa este enlace Antes de viajar para conocer más sobre cómo viajar en tren. En la estación, justo a la salida están las paradas de los distintos tranvías. Tomamos un mapa de tranvías. No hay abonos. Se accede y se paga al bajar dejando caer las monedas en una máquina. Las líneas 2 y 6 llegan a la parada M10 donde se encuentra muy cerca la cúpula. Las paradas están identificadas con una letra y un número que son fáciles de ver.
Mapa de tranvías en Hiroshima

El tranvía te deja a la espalda de la cúpula o dome. El siguiente recorrido que hicimos fue todo andando y en el mismo orden de visita.


– La Cúpula de la Bomba Atómica es realmente impresionante. El edificio se usaba para funciones comerciales pero también para celebración de eventos o exposiciones. Estaba a 150 metros del epicentro de la bomba. Tras varios debates de si debería destruirse o mantenerse para recordar lo sucedido, en 1966 un comité recaudó fondos para su mantenimiento, y así es como se sustenta. En 1996 fue nombrado Patrimonio de la Humanidad.

– El gobierno cedió los terrenos de alrededor creando un espacio conocido como Parque conmemorativo de la Paz . Entre los monumentos que se pueden visitar el más sobrecogedor es el Monumento a la Paz de los Niños con 9 metros de altura. En su interior hay una campana que la gente toca mientras reza una oración. Es en homenaje a los niños que fallecieron como consecuencia de la bomba y en especial a una de las niñas (Sadako Sasaki) enferma a raíz de la caída de la bomba  (tuvo leucemia a los 11 años, la bomba cayó cuando tenía 2) que se propuso hacer grullas de origami porque pensó que si llegaba a mil se curaría, pero falleció antes. De este modo, los niños llevan allí estas figuritas de papel, en muestra de solidaridad, que hacen del lugar muy especial.


Cenotafio que guarda la Llama de la paz . En uno de los extremos hay mensajes en varios idiomas, y una perspectiva única.

El paseo por el parque llena de paz y serenidad.

Continuamos nuestro paseo a la siguiente parada de la ruta: el Okonomiyaki (significa «lo que te guste, a la plancha» o más conocido como la pizza japonesa. Tras leer en varios sitios, el más recomendable es Hassei. Realmente está buenísima. Nosotras pedimos una para compartir. Deliciosa. Es difícil de definir, pero sería una masa muy fina como una tortita o crepe, con col y capas de verduras, marisco o carne a la plancha.

En la avenida Heiwa Odori había numerosas luces en figuras navideñas. Caminamos hasta tomar el tranvía nuevamente hasta la estación. Nuestro destino: Kioto.

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